La existencia de vertederos plantea
una serie de problemas que afectan a los residentes que viven a su alrededor,
disminuyendo de forma tajante su calidad de vida, pero también dañan al Medio
Ambiente circundante, incluyendo a la
flora y a la fauna.
La descomposición de los residuos domésticos orgánicos crea condiciones idóneas para la proliferación de microbios y bacterias, que propagan enfermedades infecciosas y muy contagiosas, especialmente del tipo gastrointestinal, dermatológico y/o afecciones del sistema respiratorio y cardíaco.
La descomposición de los residuos domésticos orgánicos crea condiciones idóneas para la proliferación de microbios y bacterias, que propagan enfermedades infecciosas y muy contagiosas, especialmente del tipo gastrointestinal, dermatológico y/o afecciones del sistema respiratorio y cardíaco.
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Fotografía sacada de Google |
En las cercanías de estos vertederos
es posible encontrarse con la presencia de enfermedades como el cólera, la
disentería, la parasitosis, la fiebre tifoidea y las infecciones de la piel.
Además, en estos sitios existe un aumento de moscas, cucarachas, mosquitos, ratas y
palomas, que también son portadores y transmisores de varias afecciones
(leptospirosis, dengue, filaríais, etc.).
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fotografía sacada de Google |
El mal olor que emana de estos lugares
proviene de las altas concentraciones de amoníaco y sulfuro de hidrógeno, que
despide la basura acumulada. Los gases de los vertederos se producen cuando las
bacterias descomponen los residuos orgánicos y la producción de esos gases
depende de varios factores, como la humedad, la composición de la basura, la
temperatura y hasta la antigüedad que tenga el depósito.
La inhalación de gases tóxicos es un
problema de salud pública para aquellos que residen en las proximidades de los
vertederos de basura. El metano y el dióxido de carbono (CO2) producidos se
pueden acumular en los edificios y casas desplazando el oxígeno, lo que
conlleva a graves problemas respiratorios.
La contaminación del agua de arroyos, ríos, lagos, capas subterráneas y del suelo se produce por el contacto
directo con los contaminantes orgánicos y químicos que los residuos liberan constantemente;
a consecuencia de esto el agua circundante no es apta para el consumo, además
de tener mal sabor y olor y la tierra se convierte en foco de infecciones.
Muchas sustancias peligrosas pasan a la cadena alimentaria a través de las
plantas y animales que se alimentan de ellas. Esto puede conducir a la
intoxicación radiactiva y química de las personas, más aun a aquellas que
residen cerca de estos vertederos.
Ciertos productos como los cianuros,
el mercurio y son altamente tóxicos y
pueden provocar diferentes tipos de cánceres.
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